Si tuviésemos que indicar una cualidad común en todos los felinos, ya sean domésticos o salvajes, seguramente, cualquier persona pensaría en su elegancia; ese porte distinguido y distante, esa aura de respeto que hace que su presencia no pase desapercibida. Pero si lo reflexionásemos un poco más, tendríamos que reconocer que lo que nos llama realmente la atención es el manto natural de pelo que cubre su cuerpo y que los hace únicos. En la naturaleza hay tal cantidad de variedades, colores, matices y combinaciones, que cada felino adquiere la personalidad que le confiere su pelaje.
El gato no es sólo un felino más, es el que mejor se ha adaptado a la convivencia con los humanos. Su atractivo pelaje ha despertado siempre en los humanos sentimientos de ternura cuando son cachorros y atracción por su belleza adulta. No obstante, no hay que pensar que el pelo sólo cumple una misión estética en el gato – en absoluto -. El pelo de su cuerpo destaca por ser útil y multifuncional, destacando: